martes, 3 de marzo de 2009

Yuria 43


Brujos y chamanes es una exposición plástica colectiva, inaugurada el 20 de febrero del presente año, en la sala de Exposiciones temporales del Museo Regional de Chiapas, en nuestra cuidad, Tuxtla Gutiérrez. Dicha exposición cuenta con la obra de: Bettina Alcántara, Rafael Araujo, Meter A. Bär, Marta Bordamalo, Federico Burkha, Ángeles Coronel, Manuel Cunjamá, Roberto de la Cruz Velázquez, Sandra Díaz (Sandunga), Jaime Díaz Zea, Guillermo Domínguez López, Ángeles Flores, Norberto García Benítez (Beni), Robertoni Gómez, Mark Harmon, Ramiro Jiménez Pozo, Ramiro Jiménez Chacón, Raúl López García, Narcizo López López, Luz Martínez, Mariano Mendoza, Pablo Millán, Jack Nelson, Marco Antonio Rangel González, Sebastián Sántiz Gómez, Theo Toy, Erick Vázquez y Janeth Velázquez (Jean)


ATENTO LECTOR

En el Suplemento Cultural Yuria numero 41, aparecieron textos de nuestros miembros del Consejo Editorial, Claudia Lizbeth Martínez Moreno, Iris Idalia Hernández Puón, Adriana Tovilla Solís, como una muestra de lo que algunas jóvenes que cursan estudios de la Carrera de Lengua y Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas, vienen realizando en el terreno de la creación literaria. Los textos en prosa y verso publicados son una muestra de las búsquedas formales y temáticas que ellas han iniciado, con audacia y rigor.
En el presente número publicamos una reseña y un ensayo de Julissa Guadalupe Roblero Hernández y una serie de poemas de Esther Gómez Sánchez. La sección Voces que maduran, es un espacio especial dedicado a los jóvenes o inéditos poetas que deseen dar a conocer sus ya compartibles escritos.
Obvio es pensar que serán los lectores quienes al ir conociendo los trabajos en prosa y verso, por medio de nuestras diversas publicaciones, podrán formarse un criterio en torno a lo que ellas y ellos vienen produciendo. Sería muy conveniente que nuestros lectores, amigos y desconocidos, nos enviaran sus comentarios.
Así mismo hacemos una cordial invitación a pintores, fotógrafos, dibujantes, caricaturistas para que nos remitan sus trabajos para darlos a conocer. Sabemos de la existencia de poetas, narradores y ensayistas que por diversas situaciones y motivos no conocemos. A ellos también, por supuesto, convocamos a colaborar en nuestras páginas de Yuria.


Jaime Sabines. Entre lo tierno y lo trágico de Óscar Wong
Enaltecer la existencia
Maribel Báez Muñoz

El amor es el silencio más fino.-Jaime Sabines-


Entre lo tierno y lo trágico (Praxis, 2007), es un ensayo escrito por Óscar Wong hace poco más de 20 años, en el periodo en que se hizo acreedor a la beca del Centro Mexicano de Escritores, donde analiza estilísticamente la obra de Jaime Sabines y ofrece un extenso estudio del universo lírico del poeta chiapaneco, que recorre desde la expresión cotidiana de las cosas, hasta Dios, eje central de su poesía.
El análisis de Wong se divide en cuatro partes: la primera es La dimensión lírica; data de las fuentes preliminares que el autor utilizó para realizar su estudio, así como del motivo esencial para llevar a cabo su investigación. Particularidades de su discurso lírico, Del amor a la muerte, Presencia de la divinidad y Categorías profundas de la existencia, son los demás capítulos contenidos en este ensayo, con el que el autor se propone destacar la magnificencia de la poesía de Sabines y analizar su obra mediante su propuesta estética.
La justificación de Óscar Wong en el proceso analítico de la poesía de Sabines: “en él observo, con justeza, la emoción de ese yo poético trascendiendo su propia particularidad a partir de su visión singularizada del mundo. Busco a Sabines porque en gran parte de su discurso expresivo reconozco mi intención particular, mi propia propuesta estética: invocar la existencia, conjurarla, exaltarla, como símbolo de transitoriedad”.
Esta es la idea esencial del ensayo: encontrar el toque estético que Sabines ejerce en sus poesías; además de identificar los temas principales de su obra y analizarlos de manera detallada, para poder presentar al lector un estudio profundo de su obra.
En el ensayo de Óscar Wong, Sabines se muestra como un escritor que enhebra y expresa con un matiz entre lo tierno y lo trágico, su condición humana, con una poesía que interroga la presencia del hombre en el mundo.
Algunos de los temas que Sabines incluye en su poesía son el existencialismo, la mujer, el amor, la muerte, la relación con el universo y con Dios, temas que han sido de una gran relevancia en diversos instantes de su existencia. El hombre y la vida, o la vitalidad del individuo, vista desde su propia perspectiva limitada, es, según Óscar Wong, la preocupación más grande de Sabines, que exterioriza en su lírica.
Entre lo tierno y lo trágico refleja la evolución temática y estilística de Sabines, pero sobre todo, pretende rendirle homenaje, pues como escribe Óscar Wong: “el Sabines que reconozco y que me complace es el que consigue expresar con emoción, sensibilidad, peculiar intuición para el lenguaje, con el sentido necesario e insólito equilibrio, relaciones humanas universales. Sinceramente frágil, cotidianamente primordial, tiernamente violento y apasionado, es el Sabines que indudablemente tiene un sitio privilegiado en la literatura de México y de Hispanoamericana”.

Injuve, al sonido del mar: recital poético musical

- Breve crónica de la mesa de lectura realizada el 26 de febrero en el Centro Cultural Jaime Sabines -

El día 26 de febrero del presente año, se realizó en el auditorio del Centro Cultural Jaime Sabines, un encuentro de jóvenes escritores de distintas áreas de la literatura: poesía, narrativa y ensayo; ambientado con trova.
Cabe mencionar que la mayoría de los participantes son estudiantes de la carrera de Lengua y Literatura Hispanoamericana, de la Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma de Chiapas. Los poetas de este coloquio literario fueron: Fabián García Gómez, Slleni Gabriel Sánchez, Fabián Rivera, Erick Altamirano, Esther Gómez Sánchez, Bernavé Olivares Vázquez y Félix Camas. Magdiela Acebo Choy leyó cuento y ensayo. Mientras que Yony García Coutiño y Fabiola Berenice Flores, musicalizaron el evento con sus guitarras y voces. Es de resaltar que fue Erick Altamirano Corzo, alumno de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana, uno de los principales organizadores, bajo la dirección del licenciado Héctor Manuel Colmenares Cruz, Presidente del Instituto Municipal de la Juventud.
Conjuntamente a las lecturas de textos, se presentó el poemario Azul Nocturno de Araceli (cuyo apellido no recuerdo), quien mencionó que este libro concede gran valor a los colores; por ejemplo, el amarillo significa desprecio, el blanco pureza. Y dijo que ella prefiere el negro donde se guardan misterios como la muerte.
La lectura de la primera mesa de ponentes inició alrededor de las seis de la tarde, seguida por intervalos de música que dio paso a la segunda mesa de lectura, concluyendo aproximadamente a las nueve de la noche.
El representante del Instituto de la Juventud, felicitó y entregó reconocimientos a cada uno de los poetas y escritores participantes; comentó que se cuenta con el apoyo de dicho instituto para la organización de eventos artísticos.
El público estuvo compuesto por jóvenes, así como familiares y amigos de los poetas, hombres y mujeres que buscan degustar de la lectura y música de artistas jóvenes chiapanecos.

La cronista




Éxito en Humanidades

Adriana Tovilla Solís

Los jueves, desde el 12 de febrero, se han convertido en días especiales en la Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma de Chiapas; entra la noche, el aire corre; son las siete; alumnos y docentes suspenden las clases ordinarias para congregarse en el auditorio de la Facultad y así participar del “Primer Ciclo de Conferencias sobre Análisis del Discurso”. Los organizadores se desorientan ante la concurrida asistencia, las butacas se agotan, pero eso no aniquila el interés, los pasillos se vuelven espacios acogedores, tal vez sea por la proximidad entre los asistentes que se genera por el reducido espacio.
El recinto abarrotado, pantalla y cañón proyector preparados, en la mesa de ponencias el moderador Marco Antonio Morales Urbina; jueves a jueves los conferencistas suben al estrado.
En la conferencia inaugural el protagonista fue Nietzsche y su contradiscurso, con el cual revolucionó el pensamiento y fundamentó la modernidad filosófica. La disertación estuvo a cargo de dr. Ricardo Cuéllar Valencia; su magistral elocuencia, despertó fascinación en el público. En los minutos dedicados a la participación de los asistentes, las preguntas y comentarios fueron cuantiosos. Asisten puntualmente los seis invitados a participar.
La segunda conferencia tomó como tema central el Análisis Crítico de Discurso, basando la charla en un problema actual del discurso en la post modernidad, su poder y manipulación. El ponente, Maestro Issac Castillo Hernández, ejemplifico las conductas manipulativas en la vida cotidiana, advirtiendo desde el inicio de su intervención que utilizaría un lenguaje sencillo debido a diversidad de los asistentes teniendo consideración a los pertenecientes a otras disciplinas presentes. Los presentes rieron, meditaron y expusieron sus puntos de vista cuando se les dio el espacio.
La siguiente conferencia, fue igualmente concurrida, el Dr. Derly Recinos de León, abordó un análisis desde la semántica estructural en un fragmento de Torotumbo, seleccionado por él. Donde distinguió aspectos enunciativos, semánticos e incluso sensoriales del texto seleccionado. El público permaneció atento a su ponencia, al finalizar se expresaron comentarios que enriquecieron la disertación antes enunciada.
El éxito del comienzo del “Primer Ciclo de Conferencias sobre Análisis del Discurso” es muestra de la necesidad de este tipo de eventos en la Facultad de Humanidades.
Las siguientes conferencias se dictaran los jueves hasta el día diecinueve de marzo, a las siete en el auditorio “Fray Matias de Córdoba”. Los siguientes ponentes son Gustavo Ruiz Pascacio, Luciano Villareal Rodas y Laureano Reyes Gómez; tocarán los temas “La metaforicidad en la Poesía de Rosario Castellanos. La Metáfora como discurso”. “El Analfabetismo Funcional y la Formación Literaria. El discurso del placer”. “Introducción a la variante culta del zoque. El discurso de la tradición oral”, respectivamente. De esta forma se enriquecen las actividades culturales y literarias universitarias.


Un discurso del contradiscurso

“…me consideraba feliz con tener a alguien que sufriese mis discursos…”
Federico Nietzsche. Filosofía General.

Julissa Roblero


El programa, Semiótica y Estudios del Discurso es un proyecto que invade subversivamente el aquietado ánimo de la producción crítica en la carrera de Lengua y Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Chiapas, a partir del involucramiento de sus docentes en el análisis semiótico del discurso literario, filosófico, social y político. La periferia de esta acertadísima propuesta fue diseñada hacia la promoción de discursos que accedan con la mejor voluntad al análisis del significado de otros discursos, lo que, indudablemente, es una empresa que exige el susceptible acercamiento al signo a partir de la vertiente hermenéutica del lenguaje, la pragmática, la teoría de la recepción, la sociolingüística interaccional y otras elementales formas de acceso al estudio del significado.
Debemos al catedrático Isaac Castillo la moción que coordina con vigencia esta labor tan vital para los estudiantes, docentes e investigadores de la Facultad de Humanidades y de otras instituciones; asimismo, a los ponentes que a lo largo de este primer ciclo de conferencias ofrecidas en el Auditorio de la Facultad de Humanidades, propiciarán el encuentro entre la sintomatología y la palabra.
Corresponde referir el efecto de la primera conferencia, Nietzsche y el Pensamiento Moderno. El contradiscurso filosófico, celebrada el pasado jueves doce de febrero de 2009 a partir de las 19:00 horas, por el Dr. Ricardo Cuéllar Valencia. A la cita acudirían estudiantes de la Facultad de Humanidades, así como catedráticos y una audiencia con la fe de receptuar un coloquio sugestivo que diera nota del estudio justo en que desembocarían los juicios del ponente frente al discurso nietzschiano.
Nietzsche, el pensador alemán, y su antagónica crítica a la metafísica occidental fueron el foco de los argumentos que aquella noche departiría el docente e investigador de origen colombiano, naturalizado mexicano. “El pensador alemán sienta las bases de otra manera de pensar, ahora desde lo negado: el cuerpo. Se trata además de pensar el epicureísmo y propiciar una contrahistoria de la filosofía. Partimos de la idea nietzschiana de que la vida es una obra de arte”.
Sin duda, las acotaciones del ponente, amparadas con elementos extra temáticos, aludiendo a obras de Filosofía e Historia, a biógrafos como Rudi Safranski, Edwin Williamson, escritores como Montaigne, Hölderlin, Derrida, Michel Onfray, músicos tales como Richard Wagner, Strauss, y dilucidando la filosofía de Epicuro, Platón y Demócrito, propiciaron una escucha evidentemente fascinada, atrapada en el discurso de aquél, que frente a su ponencia había anticipado no el gesto tradicional de un conferencista que sube a la peana para ver desde arriba, sino que, ante todo, advertía la necesidad de considerar aquello como un diálogo, como una visita en que se desprende una charla poco discreta, franca, heterogénea, en que los interlocutores, para mejor suerte, debían estar siempre en desacuerdo y otorgar al discurso la aventura de un ciclo que puede no tener un punto de partida ni de llegada. Me atrevo, además, a admirar en el ponente un gesto poco atendido en los actores de conferencias: su discurso no fue un discurso pre elaborado, es decir, un recital textual, sino una conjunción de disertaciones entretejidas en el acto de tomar libros y citar sus líneas, conversar, contar, así, tan llanamente y sin olvidar el rigor de la crítica, mientras tomaba una taza con café y se siente libre en el clima de toda aquella gente que le escucha.
De esta forma, el contradiscurso filosófico nietzschiano fue génesis de un discurso intertextual objetivo, nítido, sin muros conceptuales; un discurso para todos y en que todos tomarían sitio: interrogantes de la audiencia, serias opiniones, acotaciones, etc. Una conferencia que involucró esa relación amable entre la ponencia exquisita y el público que espera poco a que el conferencista se despida y se ponga de pie.




Los signos de la espera
Carlos-Enrique Ruiz


Para: Livia

...la verdad es un armario lleno de sombra.
Antonio Gamoneda
Manifiesto

El deseo comienza con la angustia
del ser que esconde sutileza en las miradas
y pensamientos ajenos a la lógica
El deseo se manifiesta en las manos
y en los pies
en tanto la piel aviva receptores
El deseo se traduce en palabras de ocasión
con el rebusque de sentidos que nada dicen
de la intención sombría
en la repetidera de todo lo mismo

Atmósfera

La luz recobra formas en el divagar
ondulante de ríos
en la memoria
hasta alcanzar contornos de alucinación
que la palabra desfigura
Pasos de a pie tras de límites evanescentes
en la atmósfera de la penumbra
sin conseguir delinear la frágil figura
que huye sin detenerse
La consideración de reposo vuelve a la normalidad
las huellas de lo fugitivo

Pálpito

Labios de musitar y balbucir
de provocar el sonido del agua
y de reproducir la sed del crepúsculo
Labios que al ser mirados
detienen la contienda sin movimientos
y en la ternura del abrazo
provocan la angustiosa incertidumbre
del deseo
con palpitaciones que simulan
el apresurado ritmo en los relojes
Labios en la estremecida palabra
amor

Sombras

Vísperas del sol a cuestas en las montañas
que de mañana colorean el paisaje
y en las noches despiden la ilusión
Llegado el día
la luz riega campos y matiza el fluir del agua
con tintes variables al azar
Entretanto
las personas no dejan de ocultar sus sombras
hasta opacar la música de lo que vive
y lo que yace
La permanencia del eco da memoria de lo ocurrido
en las espaldas

Posibilidad

Siempre se comienza con el saludo a la bandera
por la ingenuidad de los ritos
y se sigue con las marchas rítmicas
que dieron al traste
con cualquier posibilidad de apoteosis
en la vecindad inquisitiva de monolitos
de ojos exasperados
por la quietud de milenios
Lo que se sigue es conocido
la estulticia de fingido amor
en los arreboles de símbolos de patria
y demás

Conciencia

Se tiñe de colores la aurora que despierta
en la cara
la sensación de cobardía
apenas disponerse al primer reto
Y las horas siguen con el rigor implacable
de no detenerse hasta ser evadidos
en la conciencia
por el mero hecho de las ganas de vivir
Rutinas sin anuncio alguno dan paso
a los contenidos de razón
en las sábanas donde el martirio
tiene la expresión de los conjurados



Registro
¿Qué habrá quedado del sonido del agua?
Quizá el sabor incoloro de la dicha
que se bifurca en el sinfín de ilusiones
dejando a su paso la lección armoniosa
de días sin horas
ni registro alguno
Sensaciones recorren las esferas sin sentirse
ni saberse de donde ni cuando
Después viene el adiós
en la encrucijada de cauces
que elevan a esplendor el desconocimiento
de la vida

Sinuosidades

Silencio de palabras o de voces
en la extensión solariega de un tiempo
sin memoria
Vagos pensamientos recorren la superficie
ondulada
de un cuerpo
por manos que a lo lejos acarician
sinuosidades
sin otra ambición que el encuentro
en figuras
para surtir de sentido las palabras
De lejos las formas escabullen
el divagante vuelo
de las golondrinas
Florecer
Rústico el comienzo de voces y de sementeras
con la ambición de soles y de lluvias
en la hermandad sin claustros
Luego
el destino abre cauces
y permite florecer de ansias
los surcos hasta el brote de caricias
en verdes de capullo
Más tarde el esplendor
y otra vez recomienza el sesgo de los claveles
en la agonía de las especies

Piedad

En el silencio de unos brazos
gravita la esperanza
que entre días murmura su incógnita
Las noches apaciguan los lazos
que atan
cual cordeles
mundos en busca de sintonía
Brazos propicios a la piedad
y a morigerar el desencanto
por las calles del suplicio
hacia la culminación en la estampa
del sosiego
que recrimina la sed insaciable
de amar

y los supuestos reencarnan las ansias de gozo
entre sábanas tibias
con la frescura anhelante de cuerpos al asedio
en preguntas sin formularse
y moratoria del sonido que inmortalizó
la odisea de caminantes
con el apuro de los sueños
Noches se confunden con bosques
y las montañas perfilan formas
de quebrantada hermosura

Sarcasmo

La voz del agua enciende la expectativa
en el paisaje
por bejucales y rastrojeras
mientras el sonido del aire entretiene
con sonrisa de sarcasmo
la arboleda de los vericuetos sin retorno
De paso
aves sin escrúpulo conquistan la mirada
de multitudes perdidas en el tráfago de calles
envolatadas en su propio destino
Rancherías en el silencio
recobran la sindéresis del verano

Ediciones Revista Aleph. Manizales, Col., 2008



El yo poético

Los signos de la espera es en cierto modo ese lugar donde un yo, el yo del poeta, habla “amorosamente” frente al otro (el objeto amado), que ausente se mantiene en silencio, tal y como lo expresa Roland Barthes en sus Fragmentos de un discurso amoroso. Trata no solo del desciframiento de los signos del amor, sino de su cartografía, de esa búsqueda quimérica de la otra parte desprendida de nuestro ser que nos condena a vagar en el limbo, en una aridez y un desagarro de palabras, en un vagabundear de mapas, “sin el juego de la rosa de los vientos…”. Esas coordenadas inasibles de la vida, en perpetuo tránsito, son encrucijadas que forman olas, “pensamientos e ideas que opacan el sentido que el enamorado busca entre los escombros, misterio que cunde en la algarabía”, al decir del poeta.

En este poemario de Carlos-Enrique Ruiz, el yo poético persigue la fugitiva imagen de ese otro que emborrona los límites de nuestro ser al no dejarse atrapar. Enquistado en la entraña, no es posible asirlo, ni delimitarlo ni adaptarlo a la forma del cuerpo que nos constituye. Pero ausente, sin embargo, invade el espacio interior y exterior de nuestra existencia. Como un tumor es a veces pálpito, o espasmo, presentimiento, sonido que desvanece la niebla, que se filtra en la atmósfera del sueño y escapa en el despertar, colocándonos ante el abismo. El yo poético busca la forma del otro a través de los sentidos: la vista (“Labios que al ser mirados/ detienen la contienda sin movimientos/ y en la ternura del abrazo/ provocan la angustiosa incertidumbre del deseo”), el tacto (“Una superficie de piel tensa/ expandida entre dos aires/ despliega en el recuerdo/ los llamados/ que la mano provoca/ con la urgencia de encuentros/ sin ocurrirse en la antesala de escurridizas luces/ y de besos”), el oído (“Pesquisas en los escondites de las sílabas de sonidos guturales/ y de pausas de expresión”); y el olfato (“La nostalgia aparece en la memoria/ con el recorte de sombras/ entre caricias que huyeron/ y olores de brisas lejanas/ por el lado de flores humeantes”). Vano intento de atrapar lo intangible que se instala dentro del ser, que sólo podrá liberarse bajo la forma del gemido. Cristalina condición de una verdad poética, ésta de Los signos de la espera que refiere la absoluta y desgarradora soledad del ser escindido de la totalidad y que sonámbulo repite el ritual de su nacimiento en el hecho amoroso, en sus gestos, en sus movimientos, en sus desplazamientos, en su quietud y silencio.


Consuelo Triviño-Anzola

Madrid, 15 de mayo de 2008




Sobre el relato corto
Julissa Roblero


Una alimentación muy sustanciosa, pero regular,
es la única cosa necesaria para los escritores fecundos.
Decididamente, la inspiración es hermana del trabajo cotidiano.
Charles Baudelaire

Hace algunos días, leyendo una conjunción de textos críticos sobre el complicado y exquisito arte de la creación literaria, me topé con la imagen absorta de Mario Vargas Llosa y esta frase suya: “sólo quien entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda”.
Aunque genéricamente, a esta “tipología” de textos se le haya donado el nombre de relato corto, o cuento breve o novela corta, su adjetivación no alude, advierto, a un género de carácter simplista frente a la novela, cuyas páginas no dejan de ser copiosas si se le compara con las narraciones breves; ya Cortázar lo había reflexionado bajo una creativa sentencia: mientras la novela obtiene el triunfo por puntos, el cuento vence por knock-out. La elaboración de relatos cortos es una actividad que con rigor vela las exigencias de toda gran obra de arte.
Muchos teóricos consideran la vocation como un rasgo ineludible para convertirse en un buen escritor de cuentos. Yo lo consideraría tan sólo como ese ticket de acceso que nos permite el ingreso a la sala. En su Apunte sobre el arte de escribir cuentos (1962), reflexiona Juan Bosh: “lo primero que debe aclarar una persona que se inclina a escribir cuentos es la intensidad de su vocación. Nadie que no tenga vocación de cuentista puede llegar a escribir buenos cuentos”. Confío por completo en la certeza de esta fórmula: sin afición ni disposición hacia la labor cuentística, el resultado difícilmente será tan seductor como se espera. Es factible tomar la pluma y arriesgarse estérilmente a escribir un relato sin el hálito de la verdadera pasión, seguramente el efecto será un intento hueco de historia sin horma, es decir, ajena a esa literariedad tan esencial, asentida con vehemencia por los formalistas rusos.
Sin embargo, y ahora me vuelvo insistente, la labor del cuentista es una labor de reto, y esto gravita en abandonarse no sólo en la felicidad de una vocación que nos “ilumina”, que nos hace sentir el gran dote de la inspiración a la que tanta fe le tenían los griegos, sino también permitir que se mueva en nuestro intelecto –y esto es como una obligación de oficio- el arbitrio de la teoría. No se trata únicamente – y resultaría una culpa atroz- sentir ese aberrante amor ofuscado y delirante por el arte, ese engaño que nos impide volver los ojos hacia los artificios que puedan depurar continuamente los múltiples “desplomes” de la incipiente condición de novatos escribientes. No hay que confiarle tanto a la vocación.
Vargas Llosa no considera la existencia de novelistas precoces. Yo pensaría que tampoco existen los cuentistas prematuros. El talento se gesta en el arranque promisorio de un proceso, escalonado, sí, y lento, muy lento, que además exige de primer lance un contacto persistente con la teoría que los escritores amateurs han elaborado sobre la creación literaria. Las instrucciones son dictadas por aquellos que ubicaron ciertos artificios técnicos con base en sus añejas experiencias, proponiendo así la forma correcta de “ensamblar las tuercas”. Raymon Carver, Antón Chejov, William Faulkner, Julio Cortázar, García Márquez, Ernest Heminwey, Franz Kafka, Clarece Lispector, H.P. Lovecraft, Ana María Matute, Seymour Menton, Augusto Monterroso, Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, entre otros, son algunos de los escritores que han ofrecido advertencias y notas sobre los adminículos literarios- lingüísticos, estéticos y estilísticos- para preparar un relato corto. Todos coinciden en una necesidad esencial: la de leer. Pero ¿leer qué? Leer teoría, indiscutiblemente, lo cierto es que, en este asunto, las fórmulas resultarán poco eficaces si carecemos de la lectura de material literario. Hay que leer cuentos; de ellos sorberemos, más que la voluntad creadora, la destreza de un inicio y un final de asombro, el tono estético del buen desarrollo narrativo, el delicado proceso de confeccionar personajes, espacios, situaciones. Leer se convertirá en el atman de nuestra imaginación. Menciona Borges que muchos se jactan de las páginas que han escrito, y que a él, sólo le enorgullecen las que ha leído. Gran gesto de filosofía literaria.
Escribir es el ejercicio sucesivo, a posteriori, el paso continuo de la fecunda actividad lectora. Es como descender tímidamente de una escalerilla elevada, podemos derrumbarnos y, aunque probablemente es lo más seguro, en esto ha de consistir, en verdad, la gradación de la preparación literaria.
Sin embargo, no hay que dejar de escribir. Monterroso guarda esta fe, y ciertamente es provechoso asumirla; en el acto de escritura hay que escribir aun cuando no tenga nada que decirse. De esta manera se forja un estilo –aunque aceptemos, sin embargo, que el estilo, o, modus escribendus, poseerá la imborrable resonancia de algún escritor, aquella que rescata a lo largo de su experiencia literaria.
El relato corto es el arte de trabajar las letras bajo una meditación constante de la teoría y una dedicación apasionada, pero siempre, y resulta elemental, nunca dejar de leer material literario: leer cuentos, novelas, drama. Considerar que el oficio del escritor es el del continuo pulimento estético y el de la continua búsqueda de mundos y de la construcción de esos mundos tan sólo posibles en la literatura. De esta forma los patrones, estilos, formas y accidentes literarios de creación que encontramos en los grandes cuentistas, aportarán en el noble escritor el apremiante efecto de “escribir bien”.




Prosa nostálgica
Esther Gómez Sánchez

Vivimos en un mundo esclavizado, donde los hombres del campo están ahorcados por la ciencia, habitamos un mundo sin salida.
Donde la astronomía obliga a creer que el sistema solar solo tiene ocho planetas, vivimos con la idea del que cree en Dios está protegido a su manera y el que no lo cree, está sujeto a creer cualquier basura, estamos en un mundo donde hombres entre hombres nos comemos, cada quien por salvar su ego. Estamos muriendo y matando lo nuestro y a fin de cuenta, un hombre de la zona urbe regresa al campo con su “carrito de despensa” para comprar lo que en un tiempo fue sano y puro. Ahora sólo en el recuerdo está lo naturalmente libre, el aire fresco, el grito de un madre pariendo a su hijo, hoy sólo quedan muertos, muertos que giran como remolinos arrebatan el polvo por el aire.

Orgullo

Esther Gómez Sánchez

(20 noviembre)
Eso que habita dentro de ti
Se apodera de mí como león de manada.
Retuerce mi inocencia
No sé que provoque.
Solo percibo en tu mirada, el abandono,
La inseguridad que tus ojos aniquilan.

Orgullo, eso que cohíbe para decir te amo.
Eso que mata a los enamorados
Y los sepulta en la nostalgia de la noche.

Un sueño, el cumplido de los deseos
El inconciente lucha con eso que arrebata la vida
Con eso que blasfema una mentira
Con eso que disfraza la armonía de los niños
Amo un niño inteligente, en lugar de payasos,

Orgullo, vanidad del corazón que destruye la perla sagrada.
No, no es imposible alejarse de él,
Si dejas que se apodere de tus pensamientos.

Eso que habita dentro de ti,
Es el silencio de las rocas
Pero el pensamiento de los astros,
Dan todo, pelean, sueñan y logran
Sin embargo: el hombre empobrece su espíritu
Entregándose a la desgracia del orgullo.
Reacciona para vivir la utopía de afrodita.


Naturaleza invertida
Mis ojos parecen fuegos,
Se desparraman hacia los horizontes invisibles,
Allí donde muere la esperanza
Porque el amor perece con los muertos

Cuando el piano marcaba el tiempo de mi voz
Y tus dedos soplaban hacía mí
El aire cubría lo transparente de la magia
Y desaparecía el encanto entre la luz.

Viajas dentro de mi mente
En medio de los libros apócrifos
Que despiertan un placer métrico,
Todo medido por la ausencia.

Los números se vuelven nada
Cuando la niebla invade el rostro de los árboles
Donde un día tu colibrí canto con orgullo
Piedad por el cielo que permanece rojo
Resplandece el fuego que marchita mi alma

Sin tu presencia es imposible dibujarte
Pero tu huella, vuela entre las aras del viento
Y se escurre en la piel de los claves de mayo.

Descansa si quieres,
Olvida que existe un ser que te ama
Porque mientras estés despierto
Seguirá persiguiéndote el engaño.

Sintiéndote el poderoso entre los galantes
Como perlas en el fondo del océano,
Mientras yo, aun viviré soñando
Con ser arena del mar.




Jamishid Moshkani

Teherán, Irán (1958)


Cursó estudios de psicología en la universidad de Shiraz. Forzado a abandonar su país por la llegada al poder del fundamentalismo islámico, emprende una larga peregrinación por países de América Latina, a los que se sentía ligado por Borges, Cortázar, Neruda y los demás. En 1986 se radica en Suecia, donde ha estudiado la Lengua y Literatura Españolas.
Sus libros, Cartas devueltas (1989) y Petrogramas de la carestía (1993), publicados en persa, tocan temas proscritos por el fundamentalismo islámico como el erotismo y la represión psicológica. Sus poemas están traducidos al español y al sueco. Moshkani ha publicado en diferentes revistas, ensayos literarios, reseñas de libro y traducciones de la literatura sueca e hispánica al persa.


- Selección de Esther Gómez Sánchez -

Kaftar-chahí (paloma de aljibe)

No soy de estas tierras
y puedo por tanto ver
que hay húmedos velámenes plegados en tu pecho
y en el aljibe de tu voz
el humo gris de diecisiete palomas.

Se ha cerrado en la mente de tus días,
el taller de naranja y cristal,
y en la mesa de esta noche
tan sólo han colocado húmedas estrellas sin ebriedad.
Si da frutos el mañana,
será el soso graznido de los cuervos sobre la fresca y nunca hollada nieve.


Orilla

Porque a donde me vaya,
seré robado,
seré asaltado por tus ojos
yo que he edificado mi casa
en la palma de tu mano,
yo que he conducido
el arroyo inquieto de mis nervios
hasta las sedientas flores
de tu falda.


Pardis

Tú y yo,
y unas breves palabras enseñadas uno al otro.

Tras el biombo remoto de tu parra,
el tesoro de un perpetuo descubrimiento
nos había convocado.

Y siempre más allá,
acecha la fragancia del manzano que podamos.

Todavía no me han lapidado la cabeza
mis honestos hermanos.


Luna raptada

Amargamente dulce te deseo
como el café de tu piel
como el cañaduzal hondeante de tu traje
entre sonámbulos senos.

cansado de grilletes
y de revolución
de no amar
no ser amado
¿dónde está mi cálido sur?
¿tu mirada y tu abrazo?
donde mis corales
preguntan de tus pies la dirección del agua.



VOCES QUE MADURAN

Isaac Castillo Hernández

Es egresado de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Chiapas. Cuenta con diplomados en Semiótica del Arte, así también en Semiótica y Hermenéutica. De igual forma realizó diplomados sobre Rediseño Curricular y sobre la Construcción del Objeto de Estudio.
Ha sido campeón estatal de oratoria y ha recibido merecidos reconocimientos del Centro de Integración Juvenil por su colaboración filantrópica. Ha sido instructor para la formación de personal en el ámbito de las relaciones humanas así como en la Formación de Maestros de Ceremonias.
Ha desempeñado una labor prolífica en el medio radiofónico especializándose en programas de denuncias sociales, laborando en emisoras del Centro de Actividad Radiofónica, RADIONÚCLEO y el Centro radiofónico de Chiapas. Cuenta con vasta experiencia en el manejo de imagen institucional, campañas publicitarias y protocolo cívico.
Desde 1997 ha realizado una connotada labor como Maestro de Ceremonias Oficial de los ejecutivos estatales como Julio César Ruiz Ferro, Roberto Albores Guillén, Pablo Salazar Mendiguchía y actualmente de Juan Sabines Guerrero. De igual forma ha dirigido las ceremonias oficiales de la Presidencia de la República en administraciones de Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y actualmente de Felipe Calderón Hinojosa.
En el ámbito académico coordinó y desarrolló el Programa de rediseño Curricular de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericanas así como de la Maestría en Letras Mexicanas del Siglo XX. Ha desarrollado una actividad investigativa en el ámbito lingüístico con especialización en el discurso político.


Están atrásEstán atrás.Caminan despacio. Sin levantar sospechas.Quieren entrar a la habitación desordenada de mi cuerpo.Comienzan mutilando mis uñas, mis dedos;también mis ojos, mis pupilas.Están atrás. Bajo mi cama.No quieren hacer ruido,porque si lo hacentendrán que esperar la próxima noche.Son silenciosos. Esperan. Se mecen, se desesperan.Es casi media nochey aún no les he permitido allanarme.Están atrás.Como energúmenos intentan gritar en silencio.Pero los escucho.Brincan, saltan, atropellan a los grillosy a las cucarachas.Son los dueños nocturnos.Siguen atrás.Esperando el menor descuidopara arremeter sobre mi conciencia.Intento ahuyentarlos sublimemente: prendo un cigarro,les arrojo humo a cubetadas,les escupo mi aliento cansado,pero no se van.Están atrás.Por las mañanas y por las tardesse hacen los tontos y me siguen.Un escuadrón especial me acuerpa,me sofoca, me atraganta.Siempre atrás.Cuando salgo a la calleintento aplastarlos con la puerta,apachurrarlos bien, pisotearlos,que se queden quietos, que no se muevan,pero siguen atrás,siempre atrás.Por la Avenida Central los veo de reojo,me siguen; me cambio de acera,y siguen ahí.Son necios. Cobardes.A veces me echan a perder el trabajo diario,me desconectan por tanto asedio.Me dejan en paz durante la comida,por un momento.En el instante de dar la propinase colocan atrás de mí, como perros con dueño y con hambre.Están atrás.Por las noches, en la cama,los veo formados, de uno en uno,como soldaditos, disciplinados,con el cabello recortado hasta el casquete,zapatos lustrados y sonrientes.Con los ojos hinchados de tanto desveloqueriendo decir “primero yo” y “después yo”.Siguen ahí.Siempre atrás.¡Éstos sueños!Siempre tan incisivos.Los viajerosNo hay alguien en esta isla.Todos somos náufragos de nuestra propia tormenta.Contamos los días y las nochesy no nos alcanza la eternidadpara entender que somos pasajeros,que hemos de dejar una estela de melancolía y añoranza.Solo nuestro aliento queda impresoen las olas nocturnas del calvario presente,ciénaga de océanos pensantes,pilastra de volcanes insaciables.Las rutas que forman las calles de la oscuridadconducen al sacramento del retorno jamás.Las pisadas sobre el polvo de las miradas estáticasnos llevan a la meta constante,palpitante, siempre en movimiento.El pesado equipaje de carne y huesose convierte en esclavo del tiempo.La luz de nuestras miradasse opaca ante el sol de la clarividencia futura.Nada queda. Todos nos vamos.Nuestra salvación se depositaen las palabras inasibles de la poesía,en la escritura etérea de nuestros pensamientos,en la memoria danzante de nuestros sentimientos.La dulce canción del amor,el hechizo de nuestras emociones,la embriaguez de nuestras pasionesson las que quedan en la lápida durade nuestro peregrinar.Hablemos, cantemos, sonriamos,vivamos, que nada queda en este día,sino la promesa de ser recordadosen la vida circular de la historia sin fin.Nada queda. Todos nos vamos.



BIBLIOGRÁFICAS

Las Guerras de este Mundo
Sociedad, poder y ficción en la obra de Mario Vargas Llosa
Editorial Planeta

Las guerras de este mundo, es un libro extraordinario para adentrarse en el pensamiento de uno de los más lúcidos intelectuales contemporáneos: Mario Vargas Llosa. En este volumen se aborda uno de los temas fundamentales de la obra del escritor peruano: el poder. Novelas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La Fiesta del Chivo, plasman un fresco que revela las entrañas de las sociedades latinoamericanas corruptas, a la vez que explora los más turbios deseos del alma humana. Como pocos novelistas, Vargas Llosa de ha esmerado por transmitir una doble percepción de la realidad: nos da una imagen vívida y compleja de un universo histórico y social, mientras indaga en los comportamientos más audaces y contradictorios de los individuos. Esta visión total y caleidoscópica ha conferido a su obra un valor excepcional y lo ha situado entre los mayores escritores de su tiempo.
Mario Vargas Llosa es un verdadero demiurgo que enfrenta retos literarios con el fuego vivo de las palabras y deja huellas indelebles en sus lectores. Sin duda, pertenece a una especia en vías de extinción: es un escritor en el que confluyen el hombre de acción y el intelectual, rara conjunción que lo ha llevado a imponer una mirada lúcida y visionaria en defensa de sus ideales, sobre todo los de la libertad. En este sentido, el presente volumen es un aporte esencial al conocimiento de su trayectoria y reúne a notables autores y especialistas como Antonio Tabucchi, Nélida Piñon, Enrique Krauze, Jorge Edwards y otra decena de intelectuales. Las guerras de este mundo es un libro capital para entender a uno de los grandes creadores de América Latina.

Poesía
William Ospina
Grupo Editorial Norma

Diálogo de dos extranjeros que toman café en un salón de Berkeley

― ¿Es verdad, señor Einstein, que ustedes, los científicos, creen en un mundo fuera de la conciencia humana?
― Hay una realidad más allá de nosotros. Toda verdad humana sólo deriva de ella.
― Ah, no diga usted eso. Yo sólo puedo hablar de lo que he percibido.
― Señor Tagore, escúcheme: la suma de los ángulos interiores de un triángulo sería igual a dos rectos aunque no hubiese humanos.
― ¿Y quién puede probar semejantes supuesto?
― La razón, pues sus leyes imperan para todos. Budistas, musulmanes, pielesrojas, albinos… nadie puede evadir los axiomas del mundo.
― Sólo porque aquí hay hombres son verdad esas cosas.
― ¿Afirma usted entonces que si no hubiera humano, el Apolo de Belvedere dejaría de ser bello?
― Sí, señor, eso digo.
― Pues yo pienso otra cosa. Aunque todos muriéramos, y el sueño de la especie se borrara, fuera de nuestras mentes persistiría el mundo, y el mármol, ya invisible, guardaría su belleza.
― Entonces, señor Einstein, usted es mucho más religioso que yo.

De los mil y un engaños
Arbey Rivera
UNICACH

De los mil y un engaños está integrado por 39 relatos, la mayoría de factura breve, quizá porque el autor percibe aquello de lo breve, mejor. Algunos logran una altura mayor. Otros, lo intentan. Todos, dicen, sin embargo algo: lo humano y verdadero. Y eso lo logra con una prosa ajena a rebuscamientos o hermetismos engañosos que tratan de suplir a la imaginación. Hay lo obligado en todo texto que se precie: autenticidad y emoción.
Es así como Arbey Rivera, artista plástico y poeta, irrumpe ahora en la narrativa. Lo hace con la mirada puesta, como siempre, en los temas universales: amor, muerte, miedo, desesperanza. El eterno retorno de preguntas sin respuesta. Un mundo multiforme, donde se conjuga un suave erotismo y el parpadeo de un humor ácido en el que cada uno de los personajes representa su papel en el circunstancial y trágico diario vivir.
Arbey Rivera, llega a enriquecer la narrativa escrita en Chiapas. En sus textos advertirán la magia que brota de cada palabra y el desfase que existe entre la realidad y la ficción. La distancia ― diría Valadés ― que separa ― y une ― el sueño de la realidad. El engaño, como un guiño literario.

Los abismos de la palabra
(Antología intercultural de literatura chiapaneca)
Alejandro Aldana Sellschopp

Las culturas que convivimos en Chiapas con sus respectivos idiomas y cosmovisiones, usamos un idioma común que atraviesa de manera transversal ese conjunto de relaciones sociales, económicas, culturales, y artísticas: el español. La trasnversalidad del idioma nos permite ejercer cierta comunicación más allá de las necesidades básicas impuestas por la explotación y sus consecuencias.
Los abismos de la palabra están formados por muy disímbolas voces, alientos, ritmos, géneros, épocas, estilos, es decir, al trabajo de cada autor con su visión particular del tema que expone, le acompaña una singularidad: en esta antología coexisten los principales idiomas de todo Chiapas.



PIEDRA DE TOQUE
DEL DIARIO DE ODACIR
MI VIDA ACADÉMICA EN CHIAPAS
Ricardo Cuéllar Valencia


Querido y paciente amigo: se impone una pregunta que de seguro me harías en torno a mi encuentro con Chiapas: ¿cómo llegaste a Chiapas? Todo ocurrió por el Divino Azar, te advierto. La historia es la siguiente:
Instalado en el departamento de mi hermano Rodrigo, el menor, en la Zona Rosa, de la Ciudad de México, me dediqué a conocer las calles principales, liberarías, museos, cines, bibliotecas, salas de exposiciones, espacios donde se presentan libros y más.
A los ocho días llamé por teléfono al poeta Álvaro Mutis, a su casa y me invitó, al otro día, a su oficina. Salimos a comer. Hablamos de Manizales; tierra natal de su madre y del Quindío. Cuando le dije que había nacido en Calarcá, comentó: al otro lado de la montaña queda Coello. Si señor, le dije. Hablamos de las familias del Viajo Caldas, de la presencia de sus abuelos y los míos, del nacimiento de diversos pueblos y ciudades.
Varios encuentros en México hemos tenido en diferentes localidades, momentos y circunstancias. Siempre ha sido muy generoso. Me regala libros cuando voy a su casa, me presenta amigos en eventos, me relaciona con revistas, en fin…
En los primeros días de agosto de 1981, fui a ver al embajador de Colombia en México, Umaña de Brigard. Amable y solidario, me recibió. Después de hablar de cosas de Colombia, me turnó con su agregada cultural. Una bella mujer egresada de la Universidad de los Andes. Apenas llevaba una semana en el cargo. Le insinué organizar un encuentro de jóvenes poetas y pintores colombianos residentes en México, con la invitación especial de Mutis. Aceptó. Por insinuación de ella llamé, en ese momento al maestro, para invitarlo al encuentro. Quién le dijo que aceptaba porque yo lo invitaba. Ella no daba crédito de mi amistad con el poeta. En la Casa Cultural Domecq se realizó el encuentro. Fue apoteósico, recuerdo.
En mi turno para leer, advertí que dedicaba mi lectura al poeta Álvaro Mutis, hombre que así como Simón Bolívar nos había liberado por medio de las armas, él nos había liberado por medio de la palabra poética. Los aplausos tronaron. En el brindis Mutis, en medio de un selecto grupo de amigos, comentó: Ricardo como te atreves a compararme con Bolívar…. A lo cual respondí de inmediato: maestro es algo que he pensado varios años atrás. Y ahora, aquí, se presentó el momento propicio para decirlo públicamente. Me abrazó con afecto.
Una semana después nos encontramos de nuevo en su oficina. Salimos a comer. Con gracia y regocijo me contó la siguiente anécdota. Que el miércoles anterior había sido invitado a la embajada de Brasil en México a una cena. Allí se encontraban varios escritores hispanoamericanos. De repente contó la dedicatoria que le había hecho un joven poeta colombiano. Todos celebraron el acontecimiento. Octavio Paz, sin preámbulos, le dijo: preséntame a tu amigo para que me elogie a mí también.
Meses después, Homero Aridjes trasladó el encuentro internacional de poesía, de Morelia a la Ciudad de México, por dificultades con esa entidad. Al terminar la lectura en la sala Nezahualcóyotl, Mutis me presentó a Octavio Paz. Y el poeta amablemente me invitó a su casa. Fue un encuentro muy grato e inolvidable.
Muchos otros escritores me fue presentando Álvaro Mutis durante el año que viví en la Ciudad de México. Evoco a Francisco Cervantes, poeta queretano, especialista en poesía portuguesa, al esplendoroso poeta mexicano, barroco, Marco Antonio Montes de Oca, al surrealista y pintor chileno Ludwin Zeller, al alemán Hans Enserberger, autor de un libro exquisitamente provocador: Poesía para los que no leen poesía, entre otros.
De esta forma, principalmente, fueron marcados los primeros días de mi arribo a México.
La noche de la lectura en la casa Cultural Domecq, conocí, entre otros, al poeta Correa, quien también era (lo mataron poco después en Bogotá) músico y cineasta. Me invitó a ver su más reciente película, una muestra previa para que sus allegados la criticáramos. Allí conocí a una mujer que me confesó ser exiliada por motivos políticos. Nos hicimos amigos. Salíamos casi a diario para hablar, especialmente, de Simón Bolívar. Un día me invitó a ir a la Escuela Nacional de Antropología pues deseaba estudiar una maestría en historia. A la entrada leímos un letrero que decía: Examen de oposición, Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Chiapas. Tomé el teléfono y en pocos minutos me comuniqué desde una tienda de fotografía, propiedad de un amigo de Francisca. El director me respondió al comentarle que le enviaría inmediatamente mis papeles: venga usted que llega primero que los papeles. Era un viernes. El lunes me estaba entrevistado José Luis Pichardo, en San Cristóbal de las Casas. Empiece a dictar clases mañana, fue su respuesta final después de la entrevista. Me asignó Teoría de la historia, Introducción a la sociología, Culturas prehispánicas y Sociología general. Las clases las dicté en las instalaciones de la Facultad de Derecho. Con el paso de los días, me fui enterando del enfrentamiento radical entre dos grupos que deseaban controlar la dirección de la carrera de Ciencias Sociales. Así que de pronto me vi vinculado, sin haberlo elegido, al lado de un grupo. Aburrido de cobrar sin trabajar, las huelgas eran permanentes en la Universidad, solicité el traslado para Humanidades. A los poetas de Tuxtla los fui conociendo por las lecturas que se celebraban en el Edificio Maciel, en Tuxtla Gutiérrez, donde acudía los viernes, allí se encontraba la Escuela de Humanidades. Empecé a tratar a Joaquín Vásquez Aguilar, Adolfo Ruiseñor, Jorge Mandujano, Rodrigo Núñez, Ubel Vázquez, Alejandro Riestra, Israel González, Ámbart Past, Blanca Margarita López Alegría, Lucía Ovando, Sergio Sthal, Luciano Villarreal, Manuel Cañas…
Me fui con Gloria Stella a Tuxtla Gutiérrez. La había conocido dos días antes de salir para Chiapas. El encuentro fue de una exquisitez única, como nunca. El encontronazo fue hijo natural del Divino Azar. En otro momento lo contaré. Vivimos juntos un año. Llegué a la Escuela de Humanidades: Pedagogía y Letras Latinoamericanas eran las carreras. Fueron varios años de una acuciosa actividad literaria e intelectual. Florentino Pérez, director de la Escuela, nos brindó su apoyo y amistad. La polémica con el estructuralismo, implementada entre maestros, fue muy aleccionadora. Además de las clases me ocupé, en cierto momento, del Departamento de Literatura y fueron muchos los encuentros que organizamos con los jóvenes escritores, pintores, fotógrafos, músicos que vivían en Tuxtla Gutiérrez. Por ese tiempo organizamos un encuentro de narradores. Recuerdo que allí estuvieron leyendo cuentos y hablando del cuento, Edmundo Valadés, Guillermo Samperio, Enrique López Aguilar, entre otros. El día que despedíamos a Valadés en el aeropuerto de Terán, llegaba de la Ciudad de México, Jaime Sabines. Nos presentó. Y dije a mis amigos: conocí a un hombre vestido de ángel con ojos azules.
Florentino estimuló, por medio de Alfredo Pavón, la edición de una serie de libros, intitulada Poesía no eres Tú. Por allí rondaba el catedrático apodado El canario, animoso y buen conversador. Trabajaba junto a nosotros la inteligente y bella Luciana Figuerola.
A la par, dos colombianos, Fabio Jurado Valencia y Óscar Castro García, escritores profesionales, organizamos en la Cuidad de México lo que llamamos Jornadas de literatura colombiana en México. Encontramos el apoyo de Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez para realizar nuestro proyecto. Me decían mis amigos: dice Gabo que te quiere conocer, que cuando llegues al D. F. le llames. No me atrevía. Una noche después de clausurar una de aquellas jornadas, salimos a cenar al Café Opera. Apenas habíamos llegado cuando entró Gabo con su esposa. Fabio se levantó y fue a saludarlo. De pronto Gabo se levantó de la mesa y vino hacia la nuestra y señalándome, Fabio le dijo: ese es Ricardo Cuéllar, me levanté y le extendí la mano. Y con simpatía dijo: yo creí que Ricardo Cuéllar era un fantasma de Álvaro Mutis. No maestro, yo soy real, de carne y hueso. Nos sentamos a conversar. Este encuentro merece una crónica especial. Seis meses después, Gabriel García Márquez me invitó a representar a Colombia en el Segundo Encuentro Latinoamericano por la Soberanía de los Pueblos de nuestra América, celebrado en la Habana, Cuba. (Continuará).




MÉTODO FÁCIL Y RÁPIDO PARA SER POETA
Jaime Jaramillo Escobar


EL POETA COMO PENSADOR
Hay, desde luego, mucha gente interesada en que los poetas no piensen, o no manifiesten su pensamiento. Y se forman escuelas en uno u otro sentido.
De pronto leemos que los poetas no deben pensar, sino dar en qué pensar. Y mucha gente se convence de eso. Porque a esa gente le gustan los poetas castrados.
La idea de la poesía pura viene de la élite burguesa y apunta a despojar a los poetas de su capacidad crítica. La poesía sin contenido es pompa de jabón. Sólo los que tienen miedo de una poesía contundente albergan motivos para desear una poesía blanda y fofa.
Para desacreditar a la poesía que piensa se dice que es de cartel. Para acreditar a un torero se dice que es un torero de cartel. Los poetas no deben dejarse confundir por la gente interesada en confundirlos. Ciertos rótulos consiguen ser eficaces publicitariamente, pero sólo un tonto se deja engañar por los trucos publicitarios.
Aquellos que quieren callar a los poetas empiezan por ponerles límites y condiciones. Vuelven a decir que la poesía no se ocupe de esto o de aquello, porque no es de buen tono. Pero si los poetas han luchado para conquistar la libertad de escribir, ¿por qué claudicar ahora, ante las restricciones de origen político que intentan librarse de la incómoda lucidez de la poesía?
Si el término “poesía de cartel” se aplica despectivamente, hagamos muchos carteles con los poemas y démosle al cartel un significado digno e importante, como lo tiene en otros países. No nos dejemos asustar por los que creen que somos asustadizos. Hagamos poesía de cartel y de pancarta, con letras muy grandes y vigorosas. Y que se queden ellos con sus pequeños poemitas de patas de mosca.
Hay trampas por todas partes. Ojo. No las pisemos. La poesía es soberana. Que los poetas no acepten consejos, ni advertencias ni amenazas. La libertad es absolutamente esencial para la poesía. Ni negocia ni se transa.
El dadaísmo, el automatismo y decenas de ismos que en un momento dado se asomaron a la poesía no tenían otro propósito que el de exploración y enriquecimiento. Nunca pretendieron constituirse en límites y camisas de fuerza.
Los hombres de Estado dicen que no se necesita que la gente piense, sino que trabaje, y que ellos se encargan de pensar por todos (y sobre todo por ellos mismos).
Los que le niegan a la poesía el derecho a pensar se lo están negando por extensión a todos los escritores, es decir, están denegando en general el derecho a pensar. Para aceptar eso hay que ser, o muy ingenuo, o muy ladino.

NOTAS
1. Saber todo lo que se quiere decir, antecedente indispensable para saber decir lo que se quiere. NICETO ALCALÁ–ZAMORA
2. Creo que habrá una creciente fusión entre arte y ciencia. Los científicos ya están estudiando el proceso creativo y creo que desaparecerá toda la distancia entre arte y ciencia, y esos científicos, espero, se harán más creativos y los escritores más científicos. WILLIAM BURROUGHS
3. Quiero que la gente se de cuenta de la verdadera criminalidad de nuestra época y que corrijan el rumbo. Toda mi obra va en contra de aquellos que se dedican, por estupidez o maldad, a hacer explotar el planeta o a hacerlo inhabitable. WILLIAM BURROUGHS
4. En sus primeros poemas, Víctor Hugo piensa aún, en lugar de contentarse, como la naturaleza, con dar en qué pensar. MARCEL PROUST
5. Hoy se considera como una debilidad el que le gusten a uno las ideas en poesía, la poesía en que hay un pensamiento. MARCEL PROUST
6. Una obra en la que hay teorías es como un objeto al que se le deja el precio. Se razona, es decir, se vagabundea. MARCEL PROUST
7. Poesía y narrativa nuestras no han aprendido a pensar. MANUEL MEJÍA VALLEJO
8. Ni el odio, ni la cólera, ni la amargura ni la rebeldía pertinaz que se incuban en el alma de nuestro pueblo se han expresado poéticamente: son corrientes represadas. ANTONIO GARCÍA (Prólogo a "Viento Seco")
9. La poesía es creación o no es nada. ANDRÉS HOLGUIN

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